Hace más de medio siglo, se cuenta la historia de una acampada. Dicen que una cuadrilla de chavales, fueron una noche de halloween a hacer una parrillada y a quedarse a dormir en ese mote, para contar historias de miedo.
Salieron por la mañana temprano, para poder llegar a la hora de comer. Eran 8 chicos de quince años que se llevaban muy bien entre ellos. Todo el camino que era monte arriba fueron cantando. En un momento dado, escucharon un ruido raro, pero ellos siguieron hacia adelante pensando que sería el viento.
Cuando llegaron a la cima del monte, dejaron sus mochilas y unos empezaron a montar la tienda de campaña mientras otros preparaban la parrillada. Todo iba perfecto hasta que uno de los chavales, llamado Pagoeta, fue un segundo a hacer sus necesidades detrás de un árbol y no volvió, entonces uno de sus amigos fue a buscarlo al mismo árbol y vio que estaba su camiseta pero que él no estaba. Entonces todos se preocuparon y decidieron separarse para ir a buscarlo por el monte. A las once de la noche volvieron todos a las tiendas de campaña y se pusieron de acuerdo para irse a dormir sin contar historias de miedo para a la mañana siguiente seguir en la búsqueda de su amigo.
Se hizo de día y un par de amigos abrieron la cremallera de la tienda y el primero que salió vio una cruz grande blanca y el cuerpo de su amigo debajo de ella. Del grito que pegó, se despertaron todos y sin recoger nada se fueron de allí corriendo sin poder creer lo que había sucedido.
Nunca se supo lo que le había pasado al chaval ni quién lo hizo, pero por eso el monte se llama así y la cruz de Pagoeta es tan conocida.
Salieron por la mañana temprano, para poder llegar a la hora de comer. Eran 8 chicos de quince años que se llevaban muy bien entre ellos. Todo el camino que era monte arriba fueron cantando. En un momento dado, escucharon un ruido raro, pero ellos siguieron hacia adelante pensando que sería el viento.
Cuando llegaron a la cima del monte, dejaron sus mochilas y unos empezaron a montar la tienda de campaña mientras otros preparaban la parrillada. Todo iba perfecto hasta que uno de los chavales, llamado Pagoeta, fue un segundo a hacer sus necesidades detrás de un árbol y no volvió, entonces uno de sus amigos fue a buscarlo al mismo árbol y vio que estaba su camiseta pero que él no estaba. Entonces todos se preocuparon y decidieron separarse para ir a buscarlo por el monte. A las once de la noche volvieron todos a las tiendas de campaña y se pusieron de acuerdo para irse a dormir sin contar historias de miedo para a la mañana siguiente seguir en la búsqueda de su amigo.
Se hizo de día y un par de amigos abrieron la cremallera de la tienda y el primero que salió vio una cruz grande blanca y el cuerpo de su amigo debajo de ella. Del grito que pegó, se despertaron todos y sin recoger nada se fueron de allí corriendo sin poder creer lo que había sucedido.
Nunca se supo lo que le había pasado al chaval ni quién lo hizo, pero por eso el monte se llama así y la cruz de Pagoeta es tan conocida.